Teresa Belta y Esther Priyadharshini, de la Universidad de Anglia Oriental en el Reino Unido, han demostrado que estar siempre ocupados, sobre todo durante la infancia, impide desarrollar la imaginación. Por el contrario, aburrirse y no hacer nada es bueno para el cerebro. Mientras contemplamos las musarañas y permanecemos desocupados, se activan unos circuitos neuronales que forman la llamada red por defecto, descubierta hace una década por los neurólogos Raichle y Shulman, de la universidad de Washington. Al parecer, esta es la que nos hace soñar despiertos; se ocupa de conectar experiencias y lecciones aprendidas en el pasado con planes futuros; crea narraciones sobre nuestra propia vida, encadenando los recuerdos; y da alas a la imaginación. No en vano, entre un sesenta y un ochenta por cien de la energía del cerebro se dedica solo a mantener la conexión entre neuronas.
Uooooooaay !!!!!!! Parece ser que cuando bostezamos espontáneamente, no es por aburrimiento, ni tampoco causa del hambre. Según se ha demostrado en un estudio de la Universidad de Princeton, lo más probable es que tengamos la sesera demasiado caliente, ya que a nivel biológico el bostezo es un mecanismo destinado a enfriar el cerebro…
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